martes, 24 de septiembre de 2013

Nunca pedalearás solo: inventan la caja negra para bicicletas

No es un excéntrico. A Cedric Bosch se le ocurrió fabricar una caja negra para bicicletas después de que su mejor amigo sufriese un accidente grave. Resultó imposible determinar las causas del mismo, por falta de pruebas; entonces, el emprendedor se puso a trabajar en un sistema para mejorar las condiciones de seguridad de los ciclistas, evitando situaciones de indefensión.
En esencia, Rideye es una caja negra que aplica conceptos similares a las de los aviones, pero en esta ocasión adaptándolos al sector de las bicicletas. El invento ha tenido tanto éxito entre los usuarios de todo el mundo que, apenas una semana después de que los promotores del gadget, con sede en Los Angeles, lanzaran una campaña en Kickstarter, han superado ya con creces el objetivo de financiación, que habían fijado en 32.000 dólares. 
Registro de accidentes
Desde el punto de vista técnico, Rideye funciona como una cámara de vídeo de alta definición que se acciona apretando un botón. Desde ese momento, el dispositivo empieza a registrar las imágenes, que se guardan en una memoria interna de 8 Gb con capacidad para almacenar dos horas y media de vídeo. Cuando la memoria está llena, el gadget realiza un borrado automático de las grabaciones antiguas.

La cámara es capaz de registrar imágenes con un ángulo de 120 grados y, por lo que se refiere a la batería, esta proporciona al aparato una autonomía de 24 horas. Además, para aquellos conductores que precisen un dispositivo con mayor capacidad de grabación, también se ha puesto a disposición de los usuarios una versión premium, en este caso con 32 Gb de memoria. 
De todas formas, a modo de crítica, teniendo en cuenta que debe ser el propio ciclista quien accione la caja negra y que los accidentes son imprevisibles, parece necesaria la evolución del ingenio hacia un sistema capaz de mantenerse permanentemente activo.
Función de autoguardado
Los emprendedores no han dejado nada al azar. El sistema incorpora un sensor para detectar accidentes, y cuando se produce una colisión se activa un protocolo de seguridad para guardar las imágenes en un archivo, evitando que se sobreescriba.
En cuanto al material con que está fabricado, la cámara interior -donde se guardan los ficheros- está protegida por una aleación de aluminio similar a la que se utiliza en las cajas negras de los aviones. 

Según las previsiones de los creadores de Rideye, el producto final estará disponible para su venta en Navidad. De momento, a juzgar por el éxito de la campaña crowdfunding, parece que no faltarán compradores.
La comunidad de aficionados al ciclismo ha crecido en los últimos años no tanto por la popularización del deporte, sino más bien porque la bicicleta se ha convertido en un medio de transporte alternativo que comienza a generalizarse en muchas grandes capitales.
Aunque sus ventajas como medio de transporte son muchas, en el ámbito de la seguridad, sobre todo en núcleos urbanos donde no está aún habilitada una red adecuada de carril bici, o en sociedades donde los conductores de vehículos no están acostumbrados a convivir con ciclistas, queda mucho por avanzar. Rideye es un primer paso.

Fuente: http://bit.ly/1b1n32j

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